Acertadamente, desde el punto de vista del quehacer del poeta, y del propio Miguel, insertas el recuerdo de un pasaje de Carlos Puebla 1976, ”Miguel Enríquez se llama”. Un homenaje recíproco, se podría afirmar, por cuanto Miguel apreciaba la producción y el rol de Carlos Puebla y además escuchaba al vate cubano con deleite. Entre su carcajada legendaria, firma de su humor inteligente, coreaba Miguel “Y se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó a parar”. Esto era una alusión a lo de Carlos Puebla en música: “Aquí pensaban seguir, ganando el ciento por ciento, en casas de apartamento, y echar al pueblo a sufrir, y seguir de modo cruel, contra el pueblo conspirando, para seguirlo explotando. . . etc.”

Como aporte, la foto que publicas encabezando tu homenaje es de 1967. El MIR tenía sólo dos años. En las foto estamos Miguel y yo en la Desembocadura del Bío-Bío. La foto la tomó Inés Enríquez, la hermana de Miguel, con la cámara Yashica que Miguel había recientemente comprado durante su viaje a Asia. Esa es la cartuchera que pende Miguel en la foto.

Sobre el mismísimo tema tiene en cambio Carlos Puebla – en otros versos de la obra por Miguel que citas – una elocución opuesta, constructiva, y superior:

Por mi parte. Yo dejé el oficio público de la lírica y tome otros. Otros pinceles con los mismos colores, se podría decir. Por tu parte. Afortunadamente tú y muchos en tu círculo literario son un despertador de calidad, concreta y cotidiana. Son en el espíritu de Puebla, de ”la lotta continua”. Son necesarios. Porque no es hora, nunca lo fue, de llantos ”ni lágrimas ni quebrantos”.

Por todo esto termino con un breve pasaje al que Miguel era apasionadamente adicto. Incluso pusimos ese texto como epígrafe en el primer documento histórico del MIR conocida como “La Tesis Político-militar” (“La conquista del poder por la vía insurreccional”) firmada por Miguel (“Viriatto”), Marco Antonio (“Bravo”) y yo (“Atacama”) y aprobada en el Congreso de fundación de 1965. La tesis, anecdóticamente pero de verdad, traía en su proto-versión el farragoso título “A la conquista del poder por la boca de los cañones”. Este es el pasaje de Leonidas Andreiev, y que Miguel citó a continuación varias veces en su vida política y privada:

Fraternalmente / Marcello Ferrada de Noli

S. Giovanni B. (BG), Italia

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Fesal, your poem on Miguel is lucid, significant, and beautiful. Nostalgic as everything you write. Fairly, from the perspective of what the role of a poet shod be – and from the perspective of Miguel himself, I would say – you inserted the memory of a passage from Carlos Puebla’s ”Miguel Enriquez is called”, the Puebla homage to Miguel Enríquez in 1976.

 

A mutual homage, one may say, partly because Miguel was keen on the production and the cultural/political relevance of Carlos Puebla, and in fact he listened to the Cuban composer with delight. For instance, in between his legendary laughter, a sign of his intelligent humour, chanted Miguel “And the party was over, the commander arrived and ordered it to stop.” This was an allusion to the music of Carlos Puebla:

“They thought to continue profiting the one hundred percent,
in their fancy apartment houses,
throwing the people to suffering;
and they thought to continue in their cruel fashion,
conspiring against the poor,
to continue their exploitation . . .”

“I would prefer to be earth
to feel the heat blood
of the one falling down
and to shelve his dead body
I would rather be wood

and I would like to be rain
and to kiss the heroic forehead
of the one offering his life
with rain I would wish to kiss

But I want to be a poet
and sing to victory
and mourn the fallen
and mourn those who wait.”